En los medios de comunicación es común escuchar acerca de los problemas energéticos que las grandes urbes sufren a diario. La demanda aumenta exponencialmente al igual que el costo de la energía eléctrica mientras que las naciones buscan alternativas de generación energética y formas de disminuir el consumo eléctrico de los dispositivos.
En éste medio con alta demanda energética las luminarias LED se proyectan como una de las mejores formas comerciales de iluminar espacios por menos cantidad de energía eléctrica. A esto le llamamos eficiencia lumínica.
La eficiencia lumínica dicho de forma más técnica es la relación proporcional que existe entre la cantidad de flujo eléctrico total emitido por una luminaria (medido en lúmenes) y la cantidad de energía consumida por la misma (medido en Vatios o Watts), siendo su unidad de medida los lúmenes por vatio (lm/w).
En el mercado se mantienen algunas luminarias de diversas tecnologías en las que varía su aprovechamiento energético como por ejemplo:
Otro factor importante a destacar en la eficiencia lumínica de una lámpara LED en comparación con otras tecnologías es la depreciación lumínica puesto que una luminaria LED tendrá una perdida lumínica inferior; 30% comparado con 50% o más para las otras tecnologías. Esto hace una luminaria LED mucho más eficiente a lo largo de su vida útil, que oscila entre 10,000 y 50,000 horas de vida entre las más comerciales.
Luz invisible
Si hablamos de eficiencia lumínica, quizás sea importante mencionar que no todas las lámparas emiten luz visible quiere decir que parte de la energía se transmite como luz invisible. En el espectro electromagnético se encuentran rayos de luz que no son perceptibles al ojo humano como la luz infrarroja y la luz ultravioleta, y algunas lámparas desperdician energía en emisiones no deseables de éste tipo de luz. Con las luminarias LED existe un completo aprovechamiento de la energía radiada en iluminación con luz visible.